La reacción de los Museos ante Pokémon Go
La llegada del nuevo juego Pokémon Go está revolucionando el mundo de las nuevas tecnologías en la última semana. De momento esta aplicación de Nintendo sólo está disponible de manera oficial en pocos países, como Estados Unidos o Alemania; sin embargo, el videojuego ya está extendido de diversas maneras por todo el mundo. Para quienes todavía no conocen el funcionamiento de Pokémon Go, se trata de un videojuego en el que se combina la realidad aumentada en los dispositivos móviles con el universo de los personajes de los Pokémon. La dinámica de juego es la siguiente: desde el móvil se pueden “cazar” los pokémon en cualquier espacio del mundo real; estos personajes se utilizan después para luchar contra otros usuarios; y, por último, los pokémon se pueden entrenar para evolucionar su nivel de combate en los gimnasios, unos espacios virtuales que los trabajadores de Nintendo han hecho coincidir con lugares emblemáticos y de fácil acceso para los jugadores, como plazas y parques.
Como los animalitos del Pokémon Go están presentes por numerosos lugares, muchas empresas, instituciones, sociedades, etc se han visto afectadas por el ansia que tienen los jugadores de capturar los pokémon y pelear contra otros usuarios. También los Museos y las instituciones culturales se han visto involucrados –voluntaria o involuntariamente- en este fenómeno.
De esta manera, los museos han reaccionado ante Pokémon Go de 3 maneras:
- Recreando los Pokémon Go en sus obras.- Así lo han hecho desde el Smithsonian, en el que han ido exhibiendo varios objetos de su colección, como recipientes redondos para guardar cosas de diferentes épocas, baterías o juegos portátiles. Pero también el Rijksmuseum, que ha subido a su perfil de Twitter dibujos de su colección en la que se compara el extraordinario parecido entre unos dibujos de fichas zoológicas y los personajes pokémon.
Tuit del Rijksmuseum mostrando su fauna exótica pre-pokémon
- Aprovechando la circunstancia.- Este ha sido el caso de muchísimos Museos de los Estados Unidos, que han expuesto en sus RRSS que sus visitantes pueden ir a capturar en sus salas a los pokémon. También hay museos europeos que se han apuntado a hacer lo mismo. En España, cabe destacar la Casa Batlló, que ha mostrado los pokémon que se pueden cazar en pleno Passeig de Gracia, delante del monumento, pero también dentro de la casa; y en el Espacio Fundación Telefónica, en la que hay incluso un gimnasio para entrenar a estos animales.
La Casa Batlló se apunta a la búsqueda de pokémons
- Contrarios.- Los ejemplos más famosos son hasta ahora el Museo del Holocausto de Washington, el Cementerio de Arlington y el Museo Memorial de Auschwitz. Las dos primeras instituciones han emitido comunicados en los que piden a los jugadores que no utilicen sus espacios para su diversión, por motivos de decoro; y todas ellas exigen a la propia empresa de Nintendo que retire de allí los pokémon para no atraer a más personas que no tienen respeto por el lugar. En el caso del Museo del Holocausto, se acentúa la gravedad, ya que el pokémon que había que cazar es de tipo gaseoso, lo que era del todo improcedente dentro de la temática del Museo. Por otro lado, y aunque todavía nadie se ha quejado, en Madrid hay un gimnasio de Pokémon Go dentro de la catedral de la Almudena. Quizá tampoco sea este el sitio más apropiado para jugar.
Comunicado del Museo del Holocausto en Twitter
Según pasan los días, se puede observar cómo son cada vez más las instituciones que están aprovechando esta ola de Pokémon Go de manera positiva, especialmente dentro del segundo punto que he enunciado. Si se utiliza bien este fenómeno, se puede atraer a un público que nunca antes había visitado el Museo. Eso si, hay que encontrar un equilibrio adecuado entre el divertimento del juego y la experiencia de la visita cultural. Desde mi punto de vista, espero que las salas de exposiciones estén libres de pokémon, para no afectar ni al público ni a las obras expuestas. Que el lema de Pokémon de “Hazte con todos” se pueda trasladar también a nuevos visitantes, pero sin perjudicar a la institución cultural y a todos los objetos y actores que forman parte de ella.
Pingback: Museos y Pokemon Go: una reflexión - La Cultura SocialLa Cultura Social